«Sesgo» #concepto
En la investigación en general, se persigue la validez, precisión y confiabilidad de la medición. Sin embargo, la mayoría de las observaciones de un fenómeno variarán según las circunstancias en las que se miden en cuanto que los errores pueden surgir de las siguientes fuentes: sujeto u objeto que será medido, instrumento de medición y observador o persona(s) que efectúan la medición. En cualquier caso, la validez del conocimiento derivado de cualquier estudio social dependerá, en gran medida, de la ausencia de error y de la capacidad de estimar o predecir el parámetro verdadero en la población objeto de estudio.
En estadística, “sesgo” se refiere a la diferencia entre el valor promedio de un estimador, calculado con múltiples muestras al azar, y el verdadero valor del parámetro que busca estimar. El error sistemático también recibe el nombre de sesgo y llega a presentarse aún en la investigación más rigurosa, siendo su efecto difícil de evaluar y, por tanto de corregir.
Dependiendo de la etapa del estudio en que se originan, los sesgos que interfieren con la validez interna de un estudio se clasifican en tres grandes grupos: a) los sesgos de selección, que se refieren a los errores que se introducen durante la selección o el seguimiento de la población en estudio; b) los sesgos de información, que son errores en los que se incurre durante los procesos de medición en la población en estudio, y c) los sesgos de confusión, que se originan por la imposibilidad de asignar la exposición de manera aleatoria en los estudios observacionales y que básicamente se originan por una no comparabilidad de los grupos en estudio.
Los sesgos de selección son errores sistemáticos que se introducen durante la selección o el seguimiento de la población en estudio y que propician una conclusión equivocada sobre la hipótesis en evaluación. Los errores de selección pueden ser originados por el mismo investigador o ser el resultado de relaciones complejas en la población en estudio que pueden no ser evidentes para el investigador y pasar desapercibidas.
El sesgo de información se refiere a los errores que se introducen durante la medición de la exposición, de los eventos u otras covariables en la población en estudio, que se presentan de manera diferencial entre los grupos que se comparan, y que ocasionan una conclusión errónea respecto de la hipótesis que se investiga.
El sesgo de confusión puede resultar en una sobre o subestimación de la asociación real. Existe sesgo de confusión cuando observamos una asociación no causal entre la exposición y el evento en estudio o cuando no observamos una asociación real entre la exposición y el evento en estudio por la acción de una tercera variable que no es controlada. Esta(s) variable(s) se denomina(n) factor(es) de confusión o confusor(es). Los resultados de un estudio estarán confundidos cuando los resultados obtenidos en la población en estudio apoyan una conclusión falsa o espuria sobre la hipótesis en evaluación, debido a la influencia de otras variables, que no fueron controladas adecuadamente ya sea durante la fase de diseño o de análisis.
Sackett elaboró un catálogo en el que incluye alrededor de 50 sesgos que pueden concurrir durante la conducción de una investigación. Rothman define el error aleatorio como “aquella parte de nuestra experiencia que no podemos predecir”. Para Mausner y Bahn, el error sistemático, o sesgo, es la diferencia entre un valor observado y el verdadero valor debido a todas las causas menos la variabilidad del muestreo.
El error sistemático puede surgir de innumerables fuentes, incluyendo factores involucrados en la selección o reclutamiento de la población de estudio y los factores involucrados en la definición y medición de las variables de estudio. Lo inverso del sesgo es la validez, también un atributo deseable.
Los sesgos más frecuentes se producen, por tanto, en la evaluación del resultado, en la calidad de la información, en el seguimiento, en la falta de respuesta, en el sesgo del entrevistado o en el sesgo del observador.
Fuentes del Centro Investigaciones Sociológicas (CIS) manifestaban hace poco en el Diario ABC @abc_es que “Las encuestas no quieren acertar, sino marcar tendencias. Son un producto libre, que se crea en un escenario muy volátil”. Su afirmación es tan difusa e inconcreta que se podría contrarrestar fácilmente con la cita del poeta Nicanor Parra para poder hacernos una idea de la volatilidad e incertidumbre general del sistema electoral español y de sus respectivos votantes: “Hay dos panes. Usted se come dos. Yo ninguno. Consumo promedio: un pan por persona.”
El artículo 135, la corrupción generalizada, los liderazgos invisibles y el tú más, el desempleo y la exclusión social, los recortes infinitos en el sistema de Bienestar Social made in Spain. Fútbol, amaños y Champions League. Marca España, Troika, Draghi, España va bien, etc, etc. Todo este conjunto y bloques situacionales están inscritos en el subconsciente societario español y, que duda cabe, conducen al sesgo desorientativo, dónde nadie realmente conoce pero si pronostica (interés/producción/dinero) el verdadero impacto de los futuros resultados electorales 2015 en el sistema democrático español.
Año de nieves, año de bienes o si se prefiere año electoral año sesgado. Y es que saben sus señorías que el que esté libre de pecado que tire del primer sesgo…
Ya lo apuntaba Jean Giraudoux “Sólo se reconoce el error cuando todo el mundo lo comparte.”
«Alicia en El País De las Maravillas y Mariano en El País del Sesgo«. #concepto @elsociologo