La iniciativa emprendedora es un tema apasionante y necesario para nuestra sociedad, tanto en la sociedad actual como para la sociedad futura. El fomento de la iniciativa emprendedora se considera siempre como un elemento clave para el desarrollo económico y social de un determinado país.
Cómo señala el Libro Blanco de la Conciencia Emprendedora en España, no existe una definición comúnmente aceptada de iniciativa emprendedora. Algunos autores la consideran una actividad muy específica, relacionada con la destrucción creativa de Schumpeter, otros autores han puesto el énfasis en el descubrimiento de nuevas oportunidades (Kirzner, 1979), y algunos han centrado la cultura emprendedora en la creación de nuevas empresas (Gartner, 1985) o en la generación de nuevos proyectos innovadores (Casson, 1982).
En términos generales, la iniciativa emprendedora incluye el estudio de las fuentes de oportunidades, los procesos de descubrimiento, evaluación y explotación de las mismas, y las personas que las descubren, evalúan y explotan.
Dubois (Fundador y CEO www.Mola.com), señala como principales ventajas del emprendedurismo en España dos premisas básicas. La primera hace referencia al bajo coste de acceso a talento tecnológico, pues el precio coste de un programador o un ingeniero es muy inferior al de uno en EE.UU, hasta tres o cinco veces menos. Esta premisa va unida al alto porcentaje de desempleo juvenil español, dónde es posible encontrar bastante talento en paro que bien puede ser un empleado o un socio fundador, un fundador técnico. La segunda premisa, apuntada por Dubois en su Conferencia Digital, es que España es una buena puerta de entrada para el mercado latinoamericano y para el mercado europeo, dónde tenemos a nuestro alcance más de 1.300 millones de clientes potenciales y eso hace del emprendedurismo una iniciativa casi exclusiva en la búsqueda de empleo, en la actual época de crisis y recesión económica que están viviendo la mayoría de sociedades globalizadas.
Las desventajas, por desgracia, también existen en el escaso y todavía pequeño mercado español de la emprendeduría . Aquí es dónde entra en juego el concepto “reprender”. La principal, y más importante reprimenda, sería la falta de ecosistema inversor; faltan inversores, no existe tanta capacidad inversora gubernativa como en Francia, Alemania, Inglaterra, USA por citar algunos países, ni tampoco existe suficiente número de inversores activos (empresas privadas) en Internet en España, que apuesten por la cultura emprendedora.
Otra desventaja, es, que, no hay liquidez en el mercado español, no se producen casi operaciones de éxito de venta, inversión, etc, y si el inversor no ve cuándo va a obtener su rentabilidad, no hay o no se produce el efecto inversor, ni se incentiva tanto al futuro emprendedor como sí ocurre en Alemania. Finalmente, hay que reprender en España, la falta de regulación para los denominados «business angels» y sus características de capital, conocimiento, experiencia, gestión, capacidad relacional y confidencialidad.
Pero, tal vez el aspecto más destacable del emprendedurismo español sea la “incertidumbre”. Convertirse en emprendedor es admitir que te gustan las películas de terror, dónde siempre tendrás algún susto, siempre habrá algún imprevisto, siempre habrá dubitación y casi siempre verás el futuro con una especie de intriga, pasión y miedo…
El socio-fundador español y su perfil estresado. Continuará… @elsociologo