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«Subo Montañas»

 

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View of Everest

 

«La montaña, a pesar de ser algo salvaje y ajeno, a pesar de resultar indómita e inquebrantable, es habitable en este sentido, permite <cabalgar el dragón>. Edifica destinos, permite comprender entre las apariencias, entre el ruido y el miedo, entre la nieve y la huella, que el camino emprendido nos otorga una línea de supervivencia, una aventura particular y única que se ha experimentado en un todo inefable.

Hacer habitable la existencia es la obligación de todos los seres humanos, y para ello hay que estar atentos a cuando la alegría asoma por la puerta.

Subo montañas porque me produce alegría contemplar desde lo alto un paisaje en dónde la distinción de los objetos no segmenta la mirada, porque me aporta la calma de haber escuchado al miedo, de haber combatido al frío, de haber aguantado el esfuerzo, de haber oído el silencio.

Subo montañas para poder bajarlas, para señalar los días en el calendario de la memoria, para sentirme bien, para saberme vivo.

Extracto de «Paso a paso Razones para subir montañas» (Ensayo) Gutiérrez, C.M. Ed: Eutelequia #sociología @elsociologo

¡No!

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@elsociologo

» Mi muerte » Jean-Paul Sartre .

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La muerte no es en modo alguno una estructura ontológica de mi ser, por lo menos en tanto que éste es para-sí; sólo el otro es mortal en su ser. No hay ningún lugar para la muerte en el ser-para-sí; no puede ni esperarla, ni realizarla, ni proyectarse hacia ella; la muerte no es en modo alguno el fundamento de su finitud y, de modo general, no puede ni ser fundada desde adentro como proyecto de la libertad original ni ser recibida desde afuera como una cualidad por el para-sí.
Entonces, ¿qué es? Nada más que cierto aspecto de la facticidad y del ser para otro, es decir, nada más que algo dado. Es absurdo que hayamos nacido, es absurdo que muramos; por otra parte, esta absurdidad se presenta como la alienación permanente de mi ser-posibilidad que no es ya mi posibilidad, sino la del otro. Es, pues, un límite externo y de hecho de mi subjetividad….Este límite de hecho que debemos afirmar en cierto sentido, puesto que nada nos penetra desde afuera -y, en cierto sentido, es menester que experimentemos la muerte si hemos de poder siquiera nombrarla-, pero que, por otra parte, jamás es encontrado por el para-sí, puesto que no es nada propio de éste, sino sólo la permanencia indefinida de su ser-para-el-otro, ¿qué es sino, precisamente uno de los irrealizables? ¿Qué es, sino un aspecto sintético de nuestros reversos? Mortal representa el ser presente que soy para-otro; muerto representa el sentido futuro de mi para-sí actual para el otro. Se trata, pues, de un límite permanente de mis proyectos, y como tal, es un límite que hay que asumir. Es, pues, una exterioridad que sigue siendo exterioridad hasta en y por la tentativa del para-sí de realizarla: es lo que hemos definido como el irrealizable que debe ser realizado. No hay diferencia de fondo entre la elección por la cual la libertad asume su muerte como límite imposible de captar e inconcebible de su subjetividad, y la elección por la cual elige ser libertad limitada por el hecho de la libertad del otro. Así, la muerte no es mi posibilidad, en el sentido antes definido; es situación-límite, como reverso elegido y huidizo de mi elección. Tampoco es mi posible, en el sentido de que sería mi fin propio, el cual me anunciaría mi ser, sino que, por el hecho de ser ineluctable necesidad de existir en otra parte como un afuera y un en-sí, es interiorizada como «última», es decir, como sentido temático y fuerza de alcance de los posibles jerarquizados. Así, ella me infesta en el meollo mismo de cada uno de mis proyectos, como el reverso ineluctable de éstos. Pero, precisamente como ese «reverso» no es algo que haya de asumir como mi posibilidad, sino como la posibilidad de que no haya para mí más posibilidades, la muerte no me merma. La libertad que es mi libertad sigue siendo total e infinita; no es que la muerte no la limite, sino que, como la libertad no encuentra jamás ese límite, la muerte no es en modo alguno obstáculo para mis proyectos: es sólo un destino de estos proyectos en otra parte. No soy «libre para la muerte», sino que soy un mortal libre. Al escapar la muerte a mis proyectos por ser irrealizable, escapo yo mismo de la muerte en mi propio proyecto. Como es lo que está siempre más allá de mi subjetividad, en mi subjetividad no hay lugar alguno para ella. Y esta subjetividad no se afirma contra la muerte, sino independientemente de ella, aunque esta afirmación sea inmediatamente alienada. No podríamos, pues, ni pensar la muerte, ni esperarla, ni armarnos contra ella; pero por eso nuestros proyectos son, en tanto que proyectos -no a causa de nuestra ceguera, como dice el cristiano, sino por principio-, independientes de ella. Y, aunque haya innumerables actitudes posibles frente a ese irrealizable «que hay que realizar por añadidura», no cabe clasificarlas en auténticas e inauténticas, puesto que, justamente, siempre morimos por añadidura.

El Ser y la Nada. @elsociologo

«El hombre unidimensional» (fragmento)

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«El aparato productivo, y los bienes y servicios que produce, «venden» o imponen el sistema social como un todo. Los medios de transporte y comunicación de masas, los bienes de vivienda, alimentación y vestuario, el irresistible rendimiento de la industria de las diversiones y de la información, llevan consigo hábitos y actitudes prescritas, ciertas reacciones emocionales e intelectuales que vinculan de forma más o menos agradable los consumidores a los productores y, a través de éstos, a la totalidad. Los productos adoctrinan y manipulan; promueven una falsa conciencia inmune a su falsedad. Y a medida que estos productos útiles son asequibles a más individuos en más clases sociales, el adoctrinamiento que llevan a cabo deja de ser publicidad; se convierten en modo de vida. Es un buen modo de vida —mucho mejor que antes—, y en cuanto tal se opone al cambio cualitativo. Así surge el modelo de pensamiento y conducta unidimensional en el que ideas, aspiraciones y objetivos, que trascienden por su contenido el universo establecido del discurso y la acción, son rechazados o reducidos a los términos de este universo. La racionalidad del sistema dado y de su extensión cuantitativa da una nueva definición a estas ideas, aspiraciones y objetivos.»

 La característica común es un empirismo total en el tratamiento de los conceptos; su significado está restringido a la representación de operaciones y conductas particulares. Los que hacen la política y sus proveedores de información de masas promueven sistemáticamente el pensamiento unidimensional. Su universo del discurso está poblado de hipótesis que se autovalidan y que, repetidas incesante y monopolísticamente, se tornan en definiciones hipnóticas o dictados.  #HerbertMarcuse

Menos mal, querido Herbert, que «Sólo gracias a aquellos sin esperanza nos es dada la esperanza.» Esperemos que ésta no derive del absurdo y engañoso juego político… @elsociologo

Fenomenología; «Intencionalidad y Significado»

Husserl

Edmund Husserl (1859-1938) El fundador de la fenomenología, Edmund Husserl, introdujo este término en su libro Ideas relativas a una fenomenología pura y una filosofía fenomenológica’ (1913). En este orden de cosas, una de las tareas principales de esta ciencia fundante es desvelar aquellos supuestos metafísicos y epistemológicos asumidos acríticamente por las ciencias positivas y por la actitud en la que éstas se desenvuelven, la llamada “actitud natural”. El supuesto más fundamental de las ciencias positivas es la creencia implícita en la existencia de una realidad independiente de la mente, de la experiencia. Este supuesto no sólo está presente en las ciencias positivas, sino también en nuestra vida pre-teórica. Los primeros seguidores de Husserl, como el filósofo alemán Max Scheler, influenciado por su libro anterior, Investigaciones lógicas (1900-1901), proclamaron que el cometido de la fenomenología es estudiar las esencias de las cosas y la de las emociones. Aunque Husserl nunca renunció a su interés por las esencias, con el tiempo mantendría que sólo las esencias de ciertas estructuras conscientes particulares constituyen el objeto propio de la fenomenología. Husserl, a partir de 1910, definió la fenomenología como el estudio de las estructuras de la conciencia que capacitan al conocimiento para referirse a los objetos fuera de sí misma. Este estudio requiere reflexión sobre los contenidos de la mente para excluir todo lo demás. Husserl llamó a este tipo de reflexión ‘reducción fenomenológica’. Ya que la mente puede dirigirse hacia lo no existente tanto como hacia los objetos reales, Husserl advirtió que la reflexión fenomenológica no presupone que algo existe con carácter material; más bien equivale a «poner en paréntesis la existencia», es decir, dejar de lado la cuestión de la existencia real del objeto contemplado. Lo que Husserl comprobó cuando analizaba los contenidos de la mente fue una serie de actos como el recordar, desear y percibir, e incluso el contenido abstracto de esos actos, a los que Husserl llamó ‘significados’. Esos significados, proclamó, permitían a un acto ser dirigido hacia un objeto bajo una apariencia concreta, y afirmó que la direccionalidad, que él llamaba «intencionalidad»,era la esencia del conocimiento. La fenomenología trascendental, según Husserl, era el estudio de los componentes básicos de los significados que hacen posible la intencionalidad. Posteriormente, en Meditaciones cartesianas (1931), introdujo la fenomenología genética, a la que definió como el estudio de la formación de esos significados en el curso de la experiencia. La investigación de la intencionalidad de la conciencia quedaría incompleta, según Husserl, si no se investigara la conciencia del tiempo.

Como señala uno de sus discípulos, Walter Biemel, el hilo conductor de este estudio es la idea de que para iluminar la esencia de una cosa es necesario remontarse al origen de su significación en la conciencia y a la descripción de este origen.

Jean-Paul Sartre (1905-1980), uno de los principales representantes del existencialismo, trató de adaptar la fenomenología de Heidegger a la filosofía de la conciencia, recobrando de ese modo, las enseñanzas de Husserl. Todos los fenomenólogos siguieron a Husserl en el intento de utilizar descripciones puras. Así, suscribieron la frase de Husserl que conducía a aprender «las cosas mismas». Husserl lo expresa de la siguiente forma: «El ideal de una fenomenología pura será perfeccionada sólo por responder a esta pregunta, la fenomenología pura debe separarse claramente de la psicología en general y, en concreto, de la psicología descriptiva de los fenómenos de la conciencia.» En los años 50 comienza la publicación de sus obras completas en la serie Husserliana con la publicación de varios textos y obras inéditas.

Cuatro conceptos fenomenológicos para un puro significado de vivencias intencionales de nuestra conciencia… ¡K cosas! @elsociologo

«Identidad»

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«Uno sólo investiga a fondo el valor de algo cuando se desvanece ante nuestros ojos, cuando desaparece o se desmorona.
En la situación actual, no hay mucho que nos haga albergar esperanzas en las posibilidades del patriotismo constitucional. En cuanto a la fuerza centrípeta del Estado para anular el empuje centrífugo de intereses y preocupaciones relacionados con colectivos autorreferenciales, sectoriales, locales y otras particularidades, el Estado debe ser capaz de ofrecer algo que no se puede obtener con tanta eficacia a niveles inferiores, y atar los cabos de una red de seguridad que de lo contrario quedarían colgando sueltos.
El gobierno estatal es una dirección postal a la que los moradores de una sociedad cada vez más privatizada y desregulada es improbable que envíen sus quejas y estipulaciones. Les han dicho una y otra vez que confíen en su propio ingenio, en sus habilidades y diligencia, que no esperen salvación desde arriba: si tropiezan o se rompen las piernas en su camino individual a la felicidad es culpa suya, consecuencia de su propia indolencia y pereza. Puede que les excusen por pensar que los que detentan el poder se han lavado las manos de toda responsabilidad por la suerte que corren (contando con la excepción posible de encarcelar a los pederastas, de limpiar las calles de merodeadores, de holgazanes, de mendigos y de otros indeseables, y de tender redadas a sospechosos de terrorismo antes de que se conviertan en terroristas de verdad). Se sienten abandonados a sus propios recursos -absolutamente inadecuados- y a su propia iniciativa gravemente confundida.
¿Y qué soñarán o harán, en el caso de que les den oportunidad, estos abandonados, desocializados y pulverizados individuos solitarios? Una vez cerrados los grandes puertos o arrancados los rompeolas que les proporcionaban seguridad, los desventurados marinos se inclinarán por crear y cercar sus propios puertitas donde poder anclar y depositar sus afligidas y frágiles identidades.
Al no confiar ya en la red de navegación pública, vigilarán celosamente el acceso a estos puertos privados de cualquier intruso. Para las mentes sensatas no hay misterio alguno en el espectacular crecimiento del fundamentalismo. Es todo menos desconcertante o inesperado. Heridos por la experiencia del abandono, los hombres y mujeres de nuestra época sospechan que son las piezas del juego de otro.»  Zygmunt Bauman.

La identidad es un sueño de una absurdidad patética. Se sueña con ser uno mismo cuando no se tiene nada mejor que hacer que diría Jean Baudrillard. Al final, todo se resume en un simple sueño identitario…@elsociologo

 

«Home, hogar dulce hogar.» Acciones de co-branding que rompen fronteras

home-hogar-dulce-hogar-1024x576Incrementar las sinergias entre empresas está en boga desde hace algunos años, sobre todo con la llegada de la crisis. Que dos marcas se asocien para trabajar juntas y llevar a cabo un proyecto comunicacional que les reporte visibilidad y rentabilidad en sus productos no es nada nuevo. Un clásico win-to-win con el que ambas partes implicadas pretenden verse beneficiadas. A eso se le llama co-branding y proliferó ya en los años 90.

En los últimos tiempos han recurrido a esta técnica empresas como Marcilla y Philips al objeto de crear un nuevo concepto de cafetera monodosis, o Nike y Apple para lanzar sus zapatillas inteligentes, entre otras tantas empresas de sectores y áreas totalmente diferentes. Una de las últimas uniones puntuales ha roto fronteras y la han llevado a cabo la internacional de la animación 20th Century Fox-Dreamworks y la nacional hortofrutícola Naranjas Torres para la presentación en España de la película «Home, hogar dulce hogar

Debido al carácter familiar e infantil del producto, ambas empresas se han aliado para dar difusión y acercar a grandes y a pequeños la divertida historia del irritantemente optimista alienígena Oh y de la irreverente y testaruda adolescente Tip, embarcados en una aventura rocambolesca que les llevará a recorrer medio mundo. Con este fin, la empresa valenciana ha regalado durante semanas packs de productos Home a través de su Facebook y ha animado a los consumidores más naranjeros a participar en el sorteo de un viaje para cuatro personas – dos adultos y dos niños – a París.

Diferentes formas de trabajar el co-branding, pero siempre con una idea en mente: que la unión hace la fuerza. Y más cuando hay venta de buenos productos de por medio. @elsociologo

«El Dardo»

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Tal vez porque la vida es un simple juego que nadie sabe como ganar, la justamente necesitada y práctica  Wikipedia se refiere al juego de dardos como un juego que se practica individualmente o por equipos, y que consiste en lanzar tres dardos alternativamente cada jugador a hasta completar una puntuación determinada o alcanzar unos determinados una serie de veces también determinada, según la variante del juego a la que se esté jugando.

La primera vez que se mencionan los dardos en los libros de historia fue en 1314. Entre batalla y batalla los soldados aburridos, lejos de sus mujeres, novias y amantes, se ocupaban en otros menesteres, uno de los cuales era competir entre ellos lanzando astillas u otros materiales punzantes a las tapas de los barriles de vino. Posteriormente utilizaron la sección de un tronco de árbol colgado entre unas ramas. Los mismos círculos concéntricos de la madera servían para definir las diferentes puntuaciones. Durante mucho tiempo le consideraron como un deporte practicado por los militares. Era muy apreciado ya que mantenía la puntería de los soldados, entrenando el lanzamiento de armas ligeras contra el enemigo.

La historia de los dardos en España empezó en los años 60, cuando comenzó el boom turístico en las zonas costeras españolas. En muchos locales con asiduos clientes ingleses, o que incluso los dueños eran ingleses, se empezaron a colocar dianas para entretenimiento de los clientes. En poco tiempo ya se iniciaban algunas pequeñas ligas locales, con la finalidad de que los clientes fueran conociendo a otros jugadores, y empezara a subir el nivel de juego.

No obstante, la mayor difusión de este juego vino con la invención de las dianas electrónicas en Estados Unidos, en los años 80 (hasta los 90 no llegaron a España), que simplificó mucho el juego, ya que la diana electrónica lleva automáticamente la puntuación, sin necesidad de tener que usar papel y bolígrafo como en las dianas tradicionales o «de pelo». Aquí aparece como gran novedad el juego virtual y de largas distancias dónde, a modo de ejemplo, un jugador en LEliana Valencia (España) compite con otro de Sidney (Australia) desmontando casi al completo el sistema interactivo luhmanniano que viene a significar lo siguiente; solían jugar a los dardos mientras tomaban unas cervezas para dar paso a un sistema de sociedad mundial interdependiente que comprende todas la formas de comunicación posibles pero que impide la comunicación física y presencial de personas que interactúan sin conocerse para significar que solo la comunicación comunica y no las personas.

Aunque, que duda cabe, existen otro tipo de armas arrojadizas, azagayas y venablos, es decir se contemplan otro tipo de dardos mucho más actuales e interesantes dónde la «teoría de sistemas» de Luhmann o el sistema social parsoniano se descontextualizan en un mundo virtual de un simple juego dardos. Y ahí, nos chocamos de bruces con  el dardo de nuevas formaciones políticas que pueden quebrar un sistema electoral bipartidista (caso español), con el dardo de la mediocridad política con escasas altura de miras, con el dardo de un big bang estropeado, con el dardo de la pobreza y la exclusión social, con  el dardo de la inmensidad y desconocimiento universal o qué decir del dardo de la corrupción o de el dardo fluctuante de nuestros amables mercados financieros. No quiero olvidarme de el dardo de la codicia y la falsa oratoria, de el dardo del desempleo o  de el dardo religioso y guerrero en subguerras planetarias crueles y absurdas. Cada cual que elija su “dardo favorito» y lo lance sobre el centro de la diana de nuestro enigmático e incierto destino societario.

Llegados a este punto, vuelvo casi sin quererlo al mundo fantástico e ilusorio Tolkieniano dónde ”El dardo” aguijón (Sting) es el nombre de un arma ficticia  del universo imaginario que aparece en El Hobbit y El Señor de los Anillos. Se trata de una daga élfica recogida por el hobbit Bilbo Bolsón de una cueva de Trolls al principio de su viaje con los Trece Enanos y Gandalf el Gris camino de la Montaña Solitaria. Del destino de Dardo nada se dice en la Cuenta de los Años sin saber si permanece en el Museo de Cavada Grande, o si es llevada al otro lado del mar por Sam en la Cuarta Edad del Sol. Nadie sabe, entonces, dónde descansa, a modo de Santo Grial, el afamado y enigmático“dardo”

Aunque si regreso al mundo real y, a la vez virtual, observo que Usted/es eligen el dardo y la realidad virtual juega sin mediar conflicto presencial ni palabra escrita. Solo el táctil tembloroso de nuestras inquietas manos buscando pulsar teclas interactivas para que de comienzo un nuevo, desconocido y multitudinario juego en grupo y, por descontado, en solitario…

De punta de acero, de plástico o electrónicos, 301, 501, 701, cricket, high score, contabilización, round the clock o Killer? De momento, ¡Otra cerveza Camarero! Y cóbrele al australiano, que este 501 lo he ganado yo.

¿Hace una nueva partida?  #On @elsociologo

 

Las reglas del método sociológico (fragmento)

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«Consideramos los hechos sociales como cosas, pero como cosas sociales. El tercer rasgo característico de nuestro método es el de ser exclusivamente sociológico. Con frecuencia ha parecido que estos fenómenos, a causa de su gran complejidad, o bien eran refractarios a la ciencia, o bien no podían entrar en ella más que reducidos a sus condiciones elementales, sean físicas, sean orgánicas, es decir, despojados de su naturaleza propia. Nos hemos dedicado, por el contrario, a establecer que era posible tratarlos científicamente sin quitarles nada de sus caracteres específicos. Incluso nos hemos negado a identificar esta inmaterialidad sui generis que los caracteriza con la ya compleja de los fenómenos psicológicos; con mayor razón nos hemos prohibido subsumirla, como la escuela italiana, en las propiedades generales de la materia organizada. Hemos hecho ver que un hecho social sólo se puede explicar por otro hecho social y al mismo tiempo hemos mostrado cómo es posible este tipo de explicación, señalando el medio social interno como el motor principal de la evolución colectiva. Por lo tanto, la sociología no es aneja de ninguna otra ciencia; es ella en sí misma una ciencia distinta y autónoma; el sentimiento de lo que tiene de especial la realidad social es incluso tan necesario al sociólogo que sólo una cultura especialmente sociológica puede preparar para la comprensión de los hechos sociales. « Emile Durkheim

«Hecho social-sociedad, la unidad de análisis primordial de la #sociología». ¡Curiosa individualidad! @elsociologo

«Carta a Karl Marx» (fragmento)

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«Busquemos juntos, si usted quiere, las leyes de la sociedad, el modo por el que esas leyes se realizan, el progreso por el que llegamos a descubrirlas. Pero, ¡por Dios!, después de haber demolido todos los dogmatismos a priori no soñemos, por nuestra parte, con adoctrinar al pueblo; no caigamos en la contradicción de su compatriota Martín Lutero, quien, después de haber derribado la teología católica, se puso enseguida, con grandes refuerzos de excomuniones y anatemas, a fundar una teología protestante. Desde hace tres siglos Alemania no se ocupa de otra cosa que de destruir la revocadura hecha por Lutero; no vayamos a preparar nuevas tareas para el género humano con otras capas de yeso. Aplaudo de todo corazón su idea de esclarecer todas las opiniones, hagamos una polémica buena y leal, demos al mundo el ejemplo de una tolerancia sabia y previsora pero, precisamente porque nosotros estamos a la cabeza del movimiento, no nos hagamos jefes de una nueva intolerancia, no nos la demos de apóstoles de una nueva religión, aunque ésta sea la religión de la lógica, la religión de la razón. Acojamos y alentemos todas las protestas; demostremos todas las exclusiones, todos los misticismos; nunca consideremos una cuestión como agotada y, cuando hayamos gastado hasta el último argumento, volvamos a comenzar, si es necesario, con la elocuencia y la ironía.» PierreJoseph Proudhon

Da la impresión de que la historia tenía que emborrachar primero a todo su pueblo para luego despertarlo de su estupidez hereditaria como diría Marx en sus artículos periodísticos @elsociologo

 

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