«Investigador Cualitativo; perspectiva cualitativa compleja»
La investigación cualitativa trasciende al recoger datos, descubrir hechos y analizar fenómenos, haciendo énfasis en la interpretación de los mismos, en una búsqueda constante de acciones que conduzcan a transformar la realidad dentro de un contexto histórico específico. Bajo una perspectiva fenomenológica, el docente que transita por la complejidad de las realidades humanas, hace suya una actitud exploratoria con suficiente libertad de pensamiento a fin de lograr un acercamiento progresivo para describirlas, conocerlas, entenderlas y comprenderlas, tal cual se presentan, con su existencia propia y particular, sin prejuicios ni preconcepciones.
El docente investigador, inmerso en el pensamiento complejo, se percibe a sí mismo relacionado con el objeto de estudio, inseparable con el todo, afectado por el ecosistema y su entorno. En relación a esto, Morin (2001) reflexiona que: “El sujeto emerge al mismo tiempo que el mundo… a partir de la autoorganizacion, cuando autonomía, individualidad, complejidad, incertidumbre, ambigüedad, se vuelven características propias del objeto… el sujeto emerge también en sus características existenciales…”
El reconocer la complejidad de los seres humanos y de la realidad donde éstos están presentes, implica que en un investigador cualitativo serían deseables elementos del pensamiento complejo, lo cual le permitiría, por una parte, percibir ese entramado difuso, ordenado y desordenado a la vez, autopoiético e incierto, y por otra, el proponer métodos, manejar datos y, en fin, repensar esa realidad en sintonía con una visión compleja, sistémica y planetaria.
Krause (1995) grafica este carácter simultáneo del proceso de investigación cualitativo, distinguiendo tres áreas de decisión e implementación del diseño que contribuyen a la formulación del problema de investigación y la construcción de los resultados: diseño de estudio, metodología y análisis. De esta manera, da cuenta del carácter provisional del diseño y de la centralidad del investigador en cada una de las fases del estudio.
Surge así la necesidad de un investigador atento a los vínculos con el ambiente, a las relaciones entre los sistemas abiertos, los principios de retroactividad social, organizacional, grupal y cognitiva presentes en toda investigación científica-social y con las emergencias, entre otros segmentos de la misma. El docente como investigador cualitativo, investiga dando importancia a la convivencia, tratando de realizar una lectura de la realidad desde lo complejo, sin mantenerse ajeno a lo virtual, a la historia de la humanidad y del saber. Tal y como cita Carmen de la Cuesta; “La evidencia que generan los estudios cualitativos ofrecen nuevas perspectivas con las que trabajar. La evidencia científica es lo que hace cambiar nuestras creencias de cómo funciona el mundo que nos rodea”; lógicamente esto lleva asociado una concepción de la “evidencia” y de lo “científico” plural y abierta, con perspectivas de conocimiento distintas aunque “complementarias por deficiencia”.
Investigación-Estudios-Complejidad. Como siempre, hasta ahora, la ciencia investigadora continuará esperando el salto cualitativo institucional de los Gobiernos y de sus respectivas apuestas de inversión futuras. Sin duda, “Eterna lista de espera…en la mayoría de países y mercados continuamente acallados y justificados en sus sempiternas crisis sistémicas”.
Sin investigación no hay vida académica, ni empresarial…pero, sobretodo, lo que no habrá más, es vida política mayoritaria apoyada en su cualitativa subjetividad. @elsociologo